Por Miguel Ángel Contreras Mauss
Córdoba, Ver. – El municipio de Tomatlán, se ha caracterizado por ser uno de los más visitados en Semana Santa, pues aquí, desde hace 55 años, sus pobladores representan en vivo la Pasión y Muerte de Cristo.
Se trata de un pueblo con a penas 10 mil habitantes, ubicado a un costado de la carretera federal Fortín-Huatusco, en la Región Montañosa Central, a unas tres horas y media de la capital del estado.
Su nombre proviene del Náhuatl que significa “Lugar de Tomates”; en el lugar denominado como Mixcalco, fue donde habitaron los primeros pobladores que dieron origen a Tomatlán. En esta región se han hallado restos de la cultura Totonaca del llamado Horizonte Preclásico, que se fecha del año 1,200 al 1,500 antes de la era. Sin embargo, es innegable la presencia de los Olmecas en el horizonte Clásico del año 1 al 900 de la era, cuyos restos dejan notar la influencia Teotihuacana. Durante la época virreinal se denominaba a este pueblo San Miguel Quechultengo Tomatlán.
El 29 de septiembre la fiesta de San Miguel Arcángel, patrono del lugar, con juegos pirotécnicos, danzas y su tradicional feria del pueblo.
La Pasión de Cristo
La celebración comenzó hace 55 años, y hoy en día es considerado una de las celebraciones más vistas en la región del Estado.
En punto de las 12:00 horas parte de la Casa de Cultura el contingente. Romanos, fariseos, mujeres piadosas, los dos ladrones, Jesús preso por los sacerdotes. A ambos lados de las calles la gente espera el paso de todos los personajes.
El centro de Tomatlán se convierte en la antigua Jerusalén. El Palacio Municipal en el recinto romano de Poncio Pilatos. El parque, en el lugar donde Judas Iscariote decide quitarse la vida arrepentido de haber entregado a su maestro.
Por segundo año consecutivo Efrén Prado encarna a Jesús, quien es presentado primero ante el Sanedrín, después ante Poncio Pilatos y a Herodes Antipas, para finalmente serle entregado a los romanos, que lo llevan al pretorio.
Entre los espectadores y sacerdotes se pasea una sombra vestida de negro. Es Satanás que susurra a los oídos de Judas Iscariote, de Barrabas, de los soldados romanos que le dan 39 azotes al Mesías. “¡Déjenlo!” gritan los seguidores de Cristo, su madre María no da crédito a lo que ocurre.
Mientras tanto, los soldados le colocan una corona de espinas, lo golpean.
Muchos se mantienen con el celular en la mano, grabando cada movimiento de los más de 70 actores. Varios de ellos sufren caídas inesperadas a causa del piso resbaloso.
De entre los espectadores surge el grito “¿Crucifícalo!, crucifícalo!”. A más de uno se le enchina la piel mientras Jesús es sentenciado a morir en la cruz y Barrabas, aun con espuma saliendo de su boca, es puesto en libertad.
Cristo cae tres veces bajo el peso de la cruz. Es golpeado por los guardias romanos, que obligan al Cirineo a ayudarlo con el madero. El sentenciado no puede morir antes de ser crucificado. Por las calles adoquinadas y empapados por el agua, los dos ladrones y Jesús son conducidos al Gólgota, donde son despojados de sus vestiduras. El Salvador es clavado a la cruz.
Pasadas las 15:30 Jesús muere en la cruz. Finalmente, es bajado y entregado a su madre, que con el corazón destrozado, mira a su hijo que entrega su vida por la salvación del hombre.
Los actores, siguen reflexionando sobre la Pasión que reviven por 55 ocasión en Tomatlán mientras esperan la resurrección.
Este año la celebración iniciará el 18 y concluirá el 20 de abril. Como cada año, se espera que más de 10 mil personas asistan. Los actores llevan más de cuatro meses preparándose física y psicologícamente para poder encarnar a cada uno de los personajes, en especial el de Jesús.
